Tentacion

Tentacion

Adán es una persona muy especial, nació con un raro y extraño don, es un ser muy bello de rasgos andróginos y cuerpo aniñado, pero el cuerpo de Adán es un pálido reflejo de los fuegos que arden en su interior.

Adán reacciona ante las personas que tiene a su alrededor y su cuerpo experimenta las sensaciones de los que le envuelven, ante la testosterona sus músculos se vuelven sinuosos redondeados, su pecho crece y su sexo se retrae, sus facciones se vuelven suaves y torrentes de estrogenos son liberadas al espacio, el acople es inevitable y los embites producen que los amantes experimenten el placer en un grado difícil de olvidar, con las mujeres todavía es más complicado.

El deseo se mezcla con las fantasias y su cuerpo va cambiando al son de los deseos de su pareja, ahora dulce y femenina ahora fuerte y viril, los músculos se tensan, el rostro se acentúa, el sexo crece y se vuelve poderoso, siente el mínimo deseo de su partenaire y lo satisface plenamente, en su juventud se sorprendía de los deseos de las mujeres de como poseerlas o dejarse hacer, hoy ya no le sorprende nada.

Nadie puede escapar del influjo de Adán, apenas tiene conocidos, menos aun amigos, no es un confidente de nadie, pues este mundo es deseo y el deseo lleva a la carne, Adán se relaciona en un mundo virtual a través de una pantalla y un teclado, nunca deja ver su imagen, pues incluso a través de la red su rostro levanta pasiones, Adán es un ser triste que ansia con demencia eso que todos llaman amor, para el la oscuridad y el sexo son uno que se relacionan tan estrechamente que le es imposible separarlos uno de otros, ha leído en wikipedia que en la edad media le hubiesen tildado de incubo o súcubo, de demonio que posee a hombres y mujeres por igual y del que no puede escapar ningún ser de este plano de existencia.



Ante la muerte en forma de un afilado cúter, sueña con el amor de los poetas, del amor de Bequer y de como será ese amor; él que puede poseer a quien desee, es víctima del sueño del hombre, y hoy intenta algo que nunca había experimentado, algo que nunca había soñado, algo que le aterroriza desde que hace tanto poseyo a su primera mujer, una sonrisa se le escapa al recordar la escena de su maestra en su infancia y como supo ese día que era "diferente".

Aleja los pensamientos de sus cabeza y se deja inundar por el placer que su cuerpo experimenta, quiere saber del Tantra Blanco, del amor consciente hacia uno mismo, del amor a su persona y hacia su ser, y se deja hacer, no hay más opciones tan solo el afilado abismo que le espera junto al ordenador.

Y se entrega al camino del medio, y en su hora más oscura el encuentra la luz.

Comentarios

Gachi ha dicho que…
Interesante, muy interesante...
Me gusta de este tipo de Adán, que "... se entrega al camino del medio..." para saber más de sí, del amor a sí, fluyendo-entregado a su bien.
Hay que tener mucho coraje para esto. Sí, me gusta este Adán.

Abrazotes mi amigo, mio

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