Jose Luis Callejas Castaño, mi amigo.

Réquiem Veo en tu rostro inerte mi propia mortalidad, veo en mis manos como el tiempo araña segundos a mi existencia, siento como la vida se torna más honda oscura. Soy y seré aquello que siempre desee ser, y de esta máxima he hecho mi vida, nada más, sentirme creador en la creación, sentir la magia de crear mundos sobre mundos con la poderosa palabra, con el infinito de las imagenes cambiantes, con la visión de cada uno de nosotros. En el transcurso de este mi camino cuantas almas tocaré, cuantas almas se unirán a nos, en este camino, quizás no muchas, quizás no demasiadas, pero llegaremos tan dentro de aquellos que si toquemos que en la próxima vida, en el próximo reencuentro nos reconoceremos, nos como amigos, nos como hermanos. Y no he de perder el tiempo en palabras vanas, recordando momentos que pertenecen a ambos, pues yo soy tan celoso de ellos como un cerbero ante las puertas del infierno. Recuerdo y añoro, decisiones y camino...