En un incierto pais
Mi camino me lleva lejos, en este mar sinfín que no deja de zizaguear, como el metro, el gran siseo, que se escucha como un rumor bajo tierra, que alcanza con su rumor los confines de la tierra. El gran siseo como gusano inerte, metálico, relleno de parásitos que entran, bajan y suben, mientras su camino nos lleva a todas partes. Soy el gusano en las entrañas de la madre tierra y como yo siete mil millones más ahogan a la madre que nos ha dado la vida, la madre que rezumaba leche y miel, la madre que siempre espera y siempre llora, la madre que apaga con su canto, el llanto de su hijo. A esa madre que con manos arrugadas, cicatrizadas...ya estériles nos abraza con calor huido de ellas, con llanto, esa madre que nos mece y nos acuna y en la cual dormimos. Os dejo el sonido de los ángeles en lo más pequeño.