El tirititero
El tirititero
Había anochecido ya, cuando el hombre se sentó en el borde del camino junto a la entrada al profundo bosque, avanzo unas decenas de metros más, tirando de su pesada carreta y desapareció de la vista de las luces ya lejanas, del ultimo pueblo en el que había actuado.
Se sentó pesadamente, sus dedos viejos y encorbados ordenaron a sus marionetas junto al fuego, que acababa de encender, sus amigos entorno de la hoguera, Udni la princesa, Friederick el caballero, Piggy el bufon, Adami la hadita, el aprendiz de escriba, el boticario...y algunos más.
Junto al fuego, como un ritual, una familia reunida entorno a las inexistentes viandas, como cada noche, con su familia.
Bueno queridos mios- hoy ha sido un gran éxito, el publico se ha entregado como tantas veces, los niños nos han regalado las mejores de sus risas, su emoción, que contentos estaban soñaran con todos vosotros durante años, Ahhh que dulce paga.
Groarrrrrrrrrrrrrrrrr- rugieron las tripas del tirititero-
Bueno disculpad mis modales, mi estomago, como siempre se queja, ya tranquilo mañana comerás, y si no bueno ya veremos.... -se excuso-
Se acurruco el hombre junto al fuego, rodeado de las marionetas que con sus ojos de vidrio y sus caritas de madera, miraban al hombre que se quedo casi dormido al instante.
Mucho habían caminado las marionetas desde que el anciano las creara hacia ya largos años, mucho habían vivido, muchos caminos y muchas tierras habían visto, situaciones y lugares, personas y monstruos, horror y luz, cuanto habían vivido aquellas almas de madera.
Eran todas ellas los reflejos de un espejo cóncavo que deforma cuanto le llega, todos eran algo que el tirititero había vivido, así su princesa era aquella que había amado, aquella que le olvido por una vida mejor, todos escondían un secreto...
Si las marionetas pudiesen hablar cuanto contarían, de los sueños de los niños, de la magia de las funciones y de como el mago se dejaba la piel en cada función, para llegar al corazón de sus pequeños espectadores.
Bien sabían ellas de la avaricia, de la tacañería y del egoísmo que día a día vivía el tirititero, de como le negaban las migajas de pan que el pedia tras cada función, de las burlas hirientes que le hacían.
Del frío, del hambre y el mensoprecio, que soportaba con una sonrisa en los labios.
.......................
Dormía placidamente, profundamente, hacía tanto que no comía que su cuerpo desnutrido (ironias sin elimento en el pais de la abundancia), entro en un largo sueño, un camino hacia el lugar donde mora la alegría, sin más dolor, sin rencores ni pesares, solo...... caminar.
Y se sintío joven de nuevo, con renovada energía e ilusión y se sintió contento de nuevo....
El puente de luz se tendió ante el tirititero, pero antes de cruzar, sintió un suspiro, sus marionestas le miraban con ojos repletos de pena ...Udni la princesa, Friederick el caballero, Piggy el bufon, Adami la hadita, el aprendiz de escriba, el boticario...y algunos más
Sin explicación alguna, quizás por el viento, quizás por las hadas, una llamita de la hoguera prendió a las marionetas...que empezaron a arder...
El hombre alargo la mano y sus amigos aquellos que nunca le abandonaron, caminaron con el por el puente de luz rumbo al país de la alegría.
Jan
Había anochecido ya, cuando el hombre se sentó en el borde del camino junto a la entrada al profundo bosque, avanzo unas decenas de metros más, tirando de su pesada carreta y desapareció de la vista de las luces ya lejanas, del ultimo pueblo en el que había actuado.
Se sentó pesadamente, sus dedos viejos y encorbados ordenaron a sus marionetas junto al fuego, que acababa de encender, sus amigos entorno de la hoguera, Udni la princesa, Friederick el caballero, Piggy el bufon, Adami la hadita, el aprendiz de escriba, el boticario...y algunos más.
Junto al fuego, como un ritual, una familia reunida entorno a las inexistentes viandas, como cada noche, con su familia.
Bueno queridos mios- hoy ha sido un gran éxito, el publico se ha entregado como tantas veces, los niños nos han regalado las mejores de sus risas, su emoción, que contentos estaban soñaran con todos vosotros durante años, Ahhh que dulce paga.
Groarrrrrrrrrrrrrrrrr- rugieron las tripas del tirititero-
Bueno disculpad mis modales, mi estomago, como siempre se queja, ya tranquilo mañana comerás, y si no bueno ya veremos.... -se excuso-
Se acurruco el hombre junto al fuego, rodeado de las marionetas que con sus ojos de vidrio y sus caritas de madera, miraban al hombre que se quedo casi dormido al instante.
Mucho habían caminado las marionetas desde que el anciano las creara hacia ya largos años, mucho habían vivido, muchos caminos y muchas tierras habían visto, situaciones y lugares, personas y monstruos, horror y luz, cuanto habían vivido aquellas almas de madera.
Eran todas ellas los reflejos de un espejo cóncavo que deforma cuanto le llega, todos eran algo que el tirititero había vivido, así su princesa era aquella que había amado, aquella que le olvido por una vida mejor, todos escondían un secreto...
Si las marionetas pudiesen hablar cuanto contarían, de los sueños de los niños, de la magia de las funciones y de como el mago se dejaba la piel en cada función, para llegar al corazón de sus pequeños espectadores.
Bien sabían ellas de la avaricia, de la tacañería y del egoísmo que día a día vivía el tirititero, de como le negaban las migajas de pan que el pedia tras cada función, de las burlas hirientes que le hacían.
Del frío, del hambre y el mensoprecio, que soportaba con una sonrisa en los labios.
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Dormía placidamente, profundamente, hacía tanto que no comía que su cuerpo desnutrido (ironias sin elimento en el pais de la abundancia), entro en un largo sueño, un camino hacia el lugar donde mora la alegría, sin más dolor, sin rencores ni pesares, solo...... caminar.
Y se sintío joven de nuevo, con renovada energía e ilusión y se sintió contento de nuevo....
El puente de luz se tendió ante el tirititero, pero antes de cruzar, sintió un suspiro, sus marionestas le miraban con ojos repletos de pena ...Udni la princesa, Friederick el caballero, Piggy el bufon, Adami la hadita, el aprendiz de escriba, el boticario...y algunos más
Sin explicación alguna, quizás por el viento, quizás por las hadas, una llamita de la hoguera prendió a las marionetas...que empezaron a arder...
El hombre alargo la mano y sus amigos aquellos que nunca le abandonaron, caminaron con el por el puente de luz rumbo al país de la alegría.
Jan
Comentarios
Lindo cuento. Me gusta.
Gracias.
uniudni
:)
:))
snif snif...
Saludines.
Saludines
amigos todos
amigos nos